10 Jul Después de volver de mi viaje como voluntaria en Perú
¿Por qué realizar un Voluntariado en Lima, Perú?
Hola, mi nombre es Elena y he tenido la suerte de viajar a Lima, Perú. Contacte con viajes de voluntariado a través de Google. La verdad es que no los conocía de nada y al principio estaba un poco asustada por la experiencia en que me estaba embarcando, pero después de algunas llamadas de teléfono y muchos email ya estaba deseando viajar a Perú e iniciar la aventura.
Viaje en Enero y han sido mis únicas vacaciones en mucho tiempo, la verdad eran muy esperadas y por fin llegue al proyecto.
No sabría por donde empezar a contar como fue todo, cuando llegue Juliana estaba esperándome en la estación de buses, me llevo a su casa y conseguí descansar un poco para poder iniciar el voluntariado al día siguiente, desde luego no tenia n idea de donde me estaba metiendo, hasta que no estas allí por mucho que María te explique, no puedes entender lo que abarca la palabra pobreza, tanto en positivo como en negativo.
Resulta increíble con que poco se puede vivir y disfrutar del día a día, también parece increíble como miramos hacía otro lado frente a tanta injusticia.
Son muy pocas personas las que se involucran de verdad pero cuando das con una de ellas, como me ha pasado a mi descubres el significado de la palabra Amor.
Amor hacia los demás sin esperar nada a cambio, lo único que recoge Juliana es el cariño y respeto de los niños, por supuesto de los voluntarios que llegamos y en algunas ocasiones de algunos padres ( pero muy pocos).
Todos los día íbamos hasta el proyecto este se encuentra alejado de su casa que es donde yo me hospedaba.
No trasladábamos en su coche al barrio donde se encuentra el proyecto, los niños nos recibían entre gritos y besos , como si fuéramos “papa Noel” sabían que les traíamos cariño y atención, algo que necesitan mucho pues sus padres en la mayoría de las ocasiones no se lo dan, están muy ocupados trabajando o viendo la tele.
Los niños crecen en la calle sin atención a sus tareas escolares ni a sus necesidades básica. La única ayuda que reciben es de la ONG que Juliana mantiene con el sudor de su frente, sin ayudas en solitario, tan solo algunos voluntarios que llegamos allí para echar una mano durante un tiempo, siempre muy breve para ella.
El día a día se pasa volando, se juega, se estudia, se come, se ríe y se llora con ellos y lo peor es que cuando te quieres dar cuenta terminan tus vacaciones y tu voluntariado, debes de volver a casa y dejar allí a tus niños.
Cuando llegas a España siempre con la intención de volver y con ellos en la cabeza. Todo cambia los problemas te parecen menos importantes, piensas que si ellos pueden salir adelante, tu también.
Espero con todo mi corazón poder volver pronto, ha sido la experiencia de mi vida.
Ser voluntaria.
Gracias
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